Así como sucede con el resto de las calles que conforman nuestro Centro Histórico, la de Alonso Güido tiene sus curiosidades, historia y encanto.
No importa en cuál de las esquinas de está empinada calle te encuentres, transitarla resultara una total proeza, bajarla desde Zaragoza y dejarte llevar puede terminar en tragedia y subirla, es cansada nada más con verla. La mala noticia es que solo te queda subir por Bravo o más adelante por Sebastián Camacho o Barragán, tu qué harías?
Antiguamente la calle era conocida con el nombre del piloto Pablo Sidar.
Actualmente la calle lleva el nombre de quién en vida se destacara en diferentes puestos públicos durante los gobiernos de Hernández y Hernández, Julio Zárate y Juan de la Luz Enríquez, este último marcaría una época histórica de la ciudad, siendo Don Alonso Güido pieza fundamental, se desempeñó como Secretario de Gobierno y ocupo once veces el puesto de Gobernador Interino. Murió en 1928.
Para que no nos cueste tanto trabajo y aunque todo lo que sube tiene que bajar, iniciaremos nuestro recorrido por Zaragoza, la parte alta de la calle y esquina que representa diferentes épocas y momentos en la historia de la ciudad, como muestra la Iglesia del Beaterio, fundada por doña Rafaela Marín de Burgos en 1751.
A finales del siglo XVIII, el edificio contaba con una capilla y el espacio para poder albergar a catorce beatas. La Iglesia del Beaterio, funcionó también como una escuela pública para niñas pobres.
Don Mateo Badillo, quien fuera un importante comerciante de origen europeo y avecindado en Xalapa, costeó la obra principal del Beaterio y le asignó 120 pesos anuales para sufragar gastos de la educación de hasta treinta niñas pobres.
La construcción definitiva se atribuye a la orden de los Jesuitas entre 1906 y 1908. Su portón, conocido también como la puerta de las narices hace de este edificio un distintivo único de la ciudad.
Más de la Iglesia del Beaterio:
Construido en lo que antiguamente era una hacienda y engalanando la primera cuadra de Alonso Güido nos encontramos al eterno Hotel Salmones, edificio que nos trae historia y recuerdos de diferentes épocas de nuestra querida Xalapa.
Alredor de los 1950, la esquina del Salmones funcionó como estación de la Línea de Autobuses ADO. Por décadas los bajos del Salmones fueron el punto de reunión favorito de muchos Xalapeños, hay quien recuerda las tardes de helados y rock ola en su fuente de sodas. La historia de La Parroquia, misma que ahora se ubica a unos cuantos pasos de ahí, inicio en el Salmones, después llegó un bar, un restaurant y hasta una recordada peluquería. En publicaciones posteriores te platicaremos mucho más del gran Hotel Salmones.
Por ahí de los años 80’s un nuevo vecino le llegaría a la calle y que mejor que la Casona del Beaterio, hoy convertido en uno de los restaurantes representativos y de mayor tradición en Xalapa. A nosotros nos gusta más por las mañanas y desayunar junto a su fuente y jardín, aunque sabemos que a todas horas esta Casona te ofrece todo lo necesario para pasar un rato muy Xalapeño, rodeado de la historia de la ciudad.
Un poco más abajo, en la pequeña calle de Dr. Pedro Rendón con Alonso Güido se fundaría por iniciativa del Dr. Sebastián Cánovas en 1862 el Hospital Civil, uno de los más antiguos del país.
Este atrapado hospital recibiría en 1948 una necesaria ampliación y remodelación, años más tarde, a mediados de 1950, este Hospital cambia de nombre por el de Hospital Civil Luis F. Nachón, nombre en honor a un connotado Xalapeño, médico cirujano el cuál fungió como director de este antiguo nosocomio.
Justo donde la calle se vuelve más estrecha, resbalosa y empinada aparece la última larga cuadra de la calle, desde ahí ya se deja ver la Calle de Morelos y un poco más.
Pocas son las cosas que han cambiado en esta apretada callejuela de Xalapa, sus casas eternamente inclinadas se cargan unas con otras, ninguna coincide con la siguiente y mucho menos con la de enfrente.
Con las dificultades propias de una calle antigua Xalapeña vamos llegando de bajadita al final de nuestro recorrido, es cuando a unos pasos de la Calle Morelos, van apareciendo en sus escalones largos y disparejos una serie de llamativas placas.
Los vecinos de la calle nos cuentan que hace algunos años, estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad Veracruzana, solicitaron el permiso para colocar estás piezas en memoria de estudiantes desaparecidos, de ahí que cada placa tenga un nombre y fecha diferente.
Esperemos que la publicación llegué a quienes tengan más información que nos gusten compartir.
Y como lo mencionamos anteriormente, así como bajamos, tarde o temprano nos tocará subir, les pregunto de nuevo, ustedes que harían? Bravo, Sebastián Camacho o Barragán?
Saludos Xalapeños a todos, desde La Casona del Beaterio en la histórica calle de Alonso Güido.
Mil gracias:
Crédito fotos: A quien corresponda.
