En la histórica calle de Juárez, en la casa marcada con el No. 69 (hoy oficinas del OPLE) una placa nos recuerda una de las grandes historias que pusieron los ojos del mundo en Xalapa, fue un virtuoso de la música, fue Xalapeño y llevo el nombre de Rubén Montiel Viveros.
Las piezas de esta gran historia iniciarían años antes de que Rubén Montiel naciera cuando un Suizo llamado Enrique Conrado Rebsamen fundaría en 1886 la que fuera la primera escuela Normal del país, está innovadora institución educativa fue el lugar donde Rubén Montiel iniciaría su brillante carrera en la música, teniendo como maestro a su padre Don Rafael Montiel, quien fuera también el organista de nuestra Catedral Metropolitana.
Rubén Montiel Viveros nació en el seno de una familia artística un 7 de octubre de 1892, lo cual ayudo a qué su talento fuera alentado consiguiendo ingresar al Conservatorio Nacional de Música en la entonces Ciudad de México, institución donde años después también fue maestro.
Gracias a su talento y con tan solo 20 años de edad Rubén Montiel obtendría la oportunidad de estudiar en el Conservatorio de París. Poco a poco el Xalapeño fue abriéndose paso en Europa hasta lograr presentarse en la prestigiosa Salle Gaveau en París.
El ascenso de una carrera brillante ya había iniciado, la primera guerra mundial estalla y Rubén Montiel se ve forzado a viajar a Portugal y España, países donde perfecciona su técnica, una vez concluida la guerra, el músico se presentaría en diferentes ciudades de Europa.
Después de una larga estadía en el viejo continente, Rubén Montiel regresa a Xalapa desde donde recorre diferentes salas del estado y del país.
Los años pasaron y las cosas de la historia hicieron de la suyas poniendo nuevamente a Rubén Montiel en París, de la misma forma que años atrás, Rubén Montiel se ve forzado a emigrar a España gracias a qué la segunda guerra mundial le volvía a estallar.
Por increíble que parezca, es gracias a este terrible conflicto bélico que Rubén Montiel conocería al más grande violonchelista de la historia, el maestro Pablo Casals, es así como el músico Xalapeño, de la mano del más grande, se convierte en su alumno, en medio de la guerra Rubén Montiel es capturado por los nazis y llevado a un campo de refugiados en calidad de rehén. Bajo las condiciones propias de un confinamiento, Rubén Montiel con chelo en mano, lograría componer una de sus grandes obras, la cual presentaría años más tarde en la sala Manuel M. Ponce en el Palacio de Bellas Artes en la ciudad de México.
Tras un acuerdo diplomático entre México y Alemania el músico Xalapeño logra salir de Europa llegando nuevamente a Xalapa.
Mejor recibimiento no pudo tener, la recién inaugurada Universidad Veracruzana, incorporaba a su brillante historia a la facultad de bellas artes, la cual incluía danza, música y declamación.
Gracias a las gestiones realizadas por su hermano, músico también, Francisco Montiel, se fundaría en 1944 la que a la fecha es una de las más prestigiosas instituciones de música en nuestro país, la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana, siendo Rubén Montiel su primer flamante director, sin embargo a los pocos meses del cargo el presidente en turno Manuel Ávila Camacho encomienda a Rubén Montiel el cargo de embajador en Perú, iniciando una importante labor diplomática en algunos países más.
Pasaron algunos años, el conflicto bélico termino y Rubén Montiel pide licencia de su cargo para reunirse nuevamente en Europa con su maestro Casals, en esta ocasión la suerte sería totalmente distinta, en 1957 es invitado como jurado en el primer Concurso Internacional para violonchelistas “Pablo Casals” en París, Francia.
Circunstancias pasaron y los lazos de amistad entre estos dos grandes de la música influyeron para que en 1959 Xalapa fuera la sede del “Segundo concurso internacional de violoncelo y primer festival de música “Pablo Casals”.
Del 18 de enero al primero de febrero de 1959 Xalapa se convirtió en la capital de la música, maestros de la talla de Blas Galindo y músicos de todas partes del mundo acudieron a la cita, nuestra ciudad se vestía de manteles largos.
La crónica nos cuenta que fue Don Justo Félix Fernández el anfitrión y encargado de recibir al internacional Pablo Casals y esposa en Xalapa, un gran amigo y eterno vecino de la calle Revolución, el Sr. Antonio Casazza Blanco nos contaría que en esos días, en una de esas casas y por uno de sus balcones que miran a la Calle de Rojas fue posible apreciar y escuchar al maestro Casals estudiar, curiosamente a unos pasos de la casa donde nació Rubén Montiel y sitio histórico desde donde hoy nos encontramos.
La carrera diplomática de Rubén Montiel continuaría en 1960 cuando es nombrado cónsul de México en París, ciudad que por supuesto le venía como anillo al dedo. En 1964 se retira de la vida diplomática y regresa a Xalapa a dedicarse de lleno a la música, creando nuevas composiciones y dando diferentes conciertos.
Rubén Montiel muere en Xalapa un 5 de abril de 1985, dejando en la memoria de la música la vida de un Xalapeño que nos recuerda por qué se nos distingue como una tierra de gente con dones extraordinarios, de talentosos artistas y de profesionistas incomparables, en algún momento de nuestra historia, se le ha conocido a nuestra querida Xalapa como la “Atenas Veracruzana”.
En el fraccionamiento de Indeco Animas una calle en honor lleva su nombre, curiosamente la de Rubén Montiel tiene como esquina la calle de Manuel M. Ponce, quién en vida fuera uno de los brillantes maestros con los que Rubén Montiel aprendió y tocó.
De su obra como compositor se encuentra entre otras un himno a Veracruz el cuál fue escrito por la Profa. Clemencia Ostos de Kiel.
Desde la calle de Juárez, saludos Xalapeños a todos!
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Mil gracias:
Crédito fotos: A quien corresponda
