La historia de nuestro Estadio.

Más vale no olvidarnos nunca de esta gran historia, la de Jara, Rolland, Boone y el estridentismo de Maples Arce, es la historia de un estadio, que habría dejado en Xalapa un monumental detonante de progreso y modernidad, se trata del Estadio Jalapeño Heriberto Jara Corona.

Fue en el año de 1924, el gobernador en turno era el general Heriberto Jara-Corona y con él la idea de construir una ciudad con escuelas y jardines, con espacios públicos ideales para las prácticas artísticas y deportivas. La llamaron Ciudad Jardín, proyecto que contemplaba también un puente peatonal que conectara el centro de Xalapa con “La Ciudad Jardín”, es decir, una ciudad dentro de la ciudad.

Algunos años antes, otro visionario, un norteamericano avecindado en Xalapa llamado William K. Boone, ya había construido entre otras cosas, los caminos de entrada y salida al Cerro del Macuiltepetl y el acceso en auto por un costado del Parque Juárez llamado “La Rampa”.

Fue Boone quién vio en una hondonada pantanosa conocida como “La Ciénega de Melgarejo” el lugar idóneo para la construcción de un estadio al que llamaron “Stadium”.

El gobernador Jara, ya tenía conocimiento de un ingeniero, un adelantado a la época, pionero en el uso de nuevos materiales y un innovador en técnicas de construcción, nació Córdoba y se llamó Modesto C. Rolland.

Era un 14 de septiembre de 1925 y Xalapa fue noticia internacional, un estadio había sido construido, toneladas de cemento armado habrían dado forma, en un tiempo récord de 2 meses y 17 días a una de las obras de innovación más importantes en el país y también en parte del continente, Modesto C. Rolland había construido un imponente estadio, una pieza monumental de ingeniería, dentro de las cuales, 4 características tenemos que subrayar:

1.- Su tiempo de construcción, 2 meses y 17 días.
2.- Su techo volado, único en su tipo, el cuál fue armado y colado en una sola pieza.
3.- Su eficiente sistema de drenaje.
4.- El estadio fue construido en forma de “herradura” para que cualquier evento realizado ahí pudiera ser visto desde parte del Parque Juárez. Hoy totalmente imposible.

Sabías que el ingeniero Rolland también construyó, La Monumental Plaza de Toros México y el Estadio Azul?

Casi al mismo tiempo que todo esto sucedía, un grupo de intelectuales llegaron a sacudir a Xalapa, la ciudad fue tomada por un movimiento artístico, mexicano y de vanguardia, que se caracterizó por ser multidisciplinario, Árqueles Vela, Germán List Arzubide, Germán Cueto, Fermín Revueltas, Ramón Alva de la Canal, Luis Quintanilla del Valle, Leopoldo Méndez y por supuesto Manuel Maples Arce son los que inician el movimiento, luego se sumaron Jean Charlot, Tina Modotti, Armando Zegrí, el caricaturista huatusqueño Ernesto García “el chango” Cabral, Humberto Rivas Panedas, Xavier Icaza y Diego Rivera, entre otros. El Estridentismo rendía culto al progreso, al espíritu de modernidad, a lo urbano, rechazaban lo pasado, llegaron a imaginar una ciudad utópica, conectada con estaciones de radio públicas, con escuelas y parques, una ciudad moderna y artística, la llamaron “Estridentópolis”.

Circunstancias tuvieron que pasar para que en el año de 1925 el gobernador Heriberto Jara-Corona nombrara cómo secretario de gobernación al licenciado en derecho y poeta Manuel Maples Arce, los ideales de una “estridentópolis” estarían por iniciar llevando por estandarte la construcción del hoy Estadio Jalapeño Heriberto Jara Corona.

En una de sus columnas, en una placa se lee: “Veracruzanos: Aquí tenéis la escala para llegar a la gloria. Poned vuestra voluntad para alcanzarla”. Es un fragmento del discurso que dio el gobernador Jara el día de la inauguración.

A través de las figuras escultóricas que adornan el Estadio se difunde un mensaje artístico, ético, de justicia y de disciplina deportiva, las cuales representan a Creugante, natural de Epidamno y a Damoxeno oriundo de Siracusa; ambos atletas compitieron como pugilistas en los Juegos de Nemea. El historiador Pausanias dice que Creugante fue vencido y muerto por Damoxeno, no obstante se declaró vencedor a Creugante porque Damoxeno lo atacó arteramente. Antonio Cánova, un escultor italiano inmortalizó en 1800 esta épica lucha, cuyas esculturas originales se encuentran en las salas del Museo del Vaticano en Roma.

A lo largo de su historia el estadio fue marco de muchas actividades deportivas, políticas y de recreación, fue recinto de las coronaciones de los antiguos carnavales de la ciudad, ahí canto Pedro Infante y también se grabaron algunas escenas de la película “Carnaval en el Trópico” de Mario Moreno Cantinflas. Por allá de los años 80’s el estadio se llenaba de escuelas que participaban en las antiguas tablas gimnásticas, recibió el fuego olímpico del 68 y los juegos centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.

Los grandes estadios también son recordados y reconocidos por sus pebeteros, cualquier justa deportiva inicia con el encendido de estos artefactos y terminan cuando el pebetero es apagado. Fue el escultor Xalapeño Rafael Guerrero el encargado de realizar la reproducción del brasero mexica, usado en los juegos Olímpicos del 68, así como también fue el creador y diseñador de las medallas olímpicas entregadas a los atletas, murió un 25 de mayo del 2005, su legado artístico, desde hace años acompaña las columnas de nuestro glorioso Estadio.

El Estadio es una de esas historias que sostiene muy fuerte a Xalapa y está por cumplir sus primeros 100 años, desde el 2017 cuenta con el decreto de Patrimonio Cultural de la Ciudad, es nuestra responsabilidad protegerlo, recuerda que difundir también es preservar, comparte la publicación, visita el estadio, tomate fotos y corre la voz.