Todo sucedió hace miles de años, en el cielo ocurriría un extraordinario suceso, una señal que tres reyes siguieron por el desierto hasta el pueblo de Belén donde había nacido un niño que cambiaría por siempre la historia de la humanidad.
Es entonces cuando la estrella de Belén se convierte en un símbolo clave en la historia cristiana, asociada siempre con el nacimiento de Jesús y la guía de los Reyes Magos hacia Belén, la estrella ha logrado capturar la imaginación a lo largo de los siglos generando diversas interpretaciones, historias, leyendas y mitologías.
La descripción física de esta estrella varía de acuerdo con las diferentes interpretaciones artísticas y mitológicas, comúnmente se le representa como una luz brillante en el cielo nocturno a menudo con una cola que la hace similar a una estrella fugaz o un cometa, su brillo extraordinario simboliza la importancia del evento que señala.
La estrella de Belén es única en su papel ya que no sigue las leyes astronómicas convencionales, su comportamiento especial guiando a los magos hacia el lugar del nacimiento de Jesús la vincula a un propósito divino y místico, su presencia destaca la importancia del evento y su conexión con la intervención celestial.
La ubicación de la estrella se asocia obviamente a la ciudad de Belén creando una atmosfera sagrada, se convierte en una especie de faro divino que ilumina el camino hacia la esperanza, el amor y el perdón, contribuyendo a la emotividad y espiritualidad de la historia del nacimiento de Jesús. En resumen la estrella de Belén es un símbolo celestial que va más allá de su origen bíblico, ha capturado la imaginación de generaciones y generaciones creando una atmosfera mágica y única que solo nos regala la navidad.
Sin embargo y más allá del mito que existe alrededor de este increíble acontecimiento, el debate sobre qué fue realmente la estrella de Belén trae algunas teorías, una dice que se trató de un cometa que atravesó la bóveda celeste iluminando aquella noche, otra teoría habla sobre la posibilidad que aquella noche Júpiter hubiera entrado en la constelación de Aries propiciando que el planeta reflejara con más intensidad la luz del sol destacando entre las demás estrellas. Otras más cuenta sobre una posible explosión de una nova o supernova.
Con todo lo anterior, la más aceptada de todas las teorías indica que el nombre del cuerpo celeste que dio vida a la estrella de Belén se llama Sirio, la cual es la estrella más brillante de la noche en época de invierno.
“Sirius” significa “aquella que brilla”, desde la antigüedad Sirio sirvió como referencia para los navegantes al ser una de las estrellas más potentes del firmamento de aquellas latitudes, antiguamente los egipcios pensaban que la combinación del sol y Sirius eran los responsable del calor extremo de aquellas épocas.
Teorías y más teorías, aquí lo verdaderamente importante es que seguramente los 3 reyes magos ya vienen en camino, si no lo crees apunta al cielo y observa bien, seguro los encontrarás.
Ya huele a rosca, saludos Xalapeños a todos!