El Puente Atenas en Xalapa.

El único viejo recuerdo que le queda, a lo que alguna vez fue el Puente Atenas, es su colosal águila dorada y una que otra luminaria que por ahí nos encontramos.

De no creer que lo único que no pudo soportar el puente, fue el peso del tiempo y la modernidad, desafortunadamente en ciudades como la nuestra, muchas veces, la modernidad como que no le va, o quizá sea, que en ocasiones, valoramos más lo que alguna vez estuvo ahí?

Cualquiera que sea el caso, la historia del puente iniciaría en 1926, fecha en la que fue terminado, la obra del Atenas aprovecho la construcción de una presa que daba energía a la extinta fábrica de hilados que alguna vez existió ahí y que trajo a Xalapa, progreso, trabajo y muchas historias, el águila una de ellas.

La fábrica de hilados se ubicaba en lo que es hoy es el Parque Murillo Vidal, de ahí la importancia de conectar y dar salida por ambos lados del lago, el resultado fue tal, que casi un siglo después, sigue y seguirá siendo la más importante conexión de la ciudad.

Los cambios y remodelaciones del puente han sido muy significativos, lo que originalmente era un cruce reducido se le agrego una nueva estructura, que permitió, a la larga, un paso más cómodo para los vehículos.

Pronto, el pobre puente fue testigo de grandes actos de civilidad entre los automovilistas al ceder el paso al coche contrario, y aunque no siempre fue así, en el peor de los casos, no quedaba más que la reversa. Las banquetas se hicieron pequeñas y la cinta asfáltica termino casi por apropiarse del puente, cruzarlo peatonalmente era peligroso, pero bien valía la pena, ya que por un lado se asomaba el lago y parte de su barrio y por otro, los patos y sus viejas casas que a la fecha existen, después llegaron sus descoordinados semáforos que de poco servían, dejando entonces, el antecedente más antiguo del 1 por 1 tan utilizado hoy, en muchas calles y avenidas de la ciudad.

Un 30 de abril de 1979 el Puente Atenas vio llegar al Parque Murillo Vidal y a su viejo conejo, funcionó, a la mala, como estacionamiento en doble fila y de repente, sin temerla ni deberla, al Atenas le pasaron por encima, dejándolo convertido en coquetón corredor peatonal, con bancas y cosas propias para los enamorados.

La llegada del corredor le trajo a los lagos una torta bajo el brazo, el nuevo inquilino de aproximadamente 60 metros se construyó durante la administración de Elizabeth Morales, fue bautizado con el nombre de Puente Xalapa, su colosal “X” conmemora los 700 años de la fundación de la ciudad.

Con la llegada de Ricardo Ahued, el Puente Xalapa, con todo y su “X” incluida, se pintaba de rosa como reconocimiento y compromiso en favor de la mujer.

La renovada historia del Puente Atenas apenas empieza y ya es el más fotografiado de la ciudad, así que no olvides visitarlo pronto, tomarte fotos y correr la voz.