La tradición jarocha del "Viejito"

El maratón Guadalupe – Reyes se nos está acabando, la rama y las posadas son ya cosa del pasado, por las calles las congas y los viejitos bailando nos avisan que le llegó el turno a otra de las tradiciones veracruzanas que dan sabor y alegría al año que termina.

Al igual que la rama, la tradición del viejito es originaria del Puerto de Veracruz. La historia nos cuenta que “El Viejo” nació en 1875 cuando cargadores, estibadores y carretilleros del antiguo Puerto de Veracruz se unieron en protesta para exigir un reparto igualitario de todos los productos de las aduanas que no habían sido reclamados y que solo eran repartidos entre los directivos y empleados de alto nivel.

Con cencerros, latas, botellas y todo lo que hiciera ruido los trabajadores se manifestaron en las casas de los administradores exigiendo su “aguinaldo”.

La noche del 31 de diciembre de 1875 uno de los trabajadores llamado Manuel Bovril fue arrestado por ocasionar diferentes disturbios en la ciudad. Sus compañeros y amigos al ver la situación decidieron organizarse para pedir dinero y así ayudarlo a pagar su fianza. Al ver que esta acción les funcionó con creces, optaron por repetirlo año con año.

Se cuenta que la caracterización del “Viejito” llegaría años después, cuando trabajadores portuarios copian de un almanaque chino la imagen de un hombre con aspecto asiático, con barba blanca y sombrero de palma por lo que decidieron disfrazarse como él.

La alegría única del jarocho hizo que pronto la tradición se fuera propagando por las colonias populares hasta convertirse en una celebración llena de ritmo y color que ya se replica en otros estados del País y también en otras partes del mundo.

Con el tiempo se fueron agregando elementos a la fiesta como el disfraz de un bebé en alusión a la llegada del nuevo año, piñatas con la forma de un viejito, los rellenos de aserrín o los reprobables quemados con pirotecnia.