Xalapa se vuelve cada día más vieja y el olvido en muchos casos parece ser su primer síntoma, pudiera ser normal, tanta historia de tantas cosas que contar, que no cualquiera.

Estarán de acuerdo que más que parques, callejones, iglesias y monumentos a nosotros lo que nos sobran son leyendas.

Así que en un intento de regresar a la memoria ese Xalapa místico de leyendas que a nosotros tanto nos encanta, hoy traemos una, quizá no tan popular pero seguro te dejará los pelos de punta.

No sabemos quién la vio, no hay pruebas y posiblemente tampoco testigos, a nosotros nos la contó un vecino, y al vecino se la contó el abuelo de la abuela, no le saquen, se trata de los lavaderos de Ruiz Cortines y una misteriosa mujer que por las noches aparecía.

Cuenta la leyenda que allá por los años cuarenta, época de casas de teja, neblina y chipi chipi en los lavaderos de la actual Av. Ruiz Cortines por las noches las prendas que eran puestas a la intemperie desaparecían, las vecinas después de varias ocasiones que eso sucedía enojadas reclamaron al velador del lugar exigiéndole que cuidara con más atención de sus pertenencias.

El policía, alertado, puso en extremo su labor para dar con el responsable. Una noche, a lo lejos logro ver a una mujer vestida de blanco quien furiosa restregaba una sábana entre pilas de ropa. El guardián desconcertado por la hora se acercó hasta el lavadero para exigirle se retirara del lugar ya que no eran horas permitidas para el uso de los lavaderos, con la mano le tocó el hombro y le dijo: Por qué está levantada a las tres de la mañana? Es muy tarde vaya mejor a su casa y duerma. La mujer no respondió continuando restregando la sabana, señora, está Ud. sorda? Mañana termine de lavar insistía el velador. Molesta por los regaños, la misteriosa lavandera volteó, se acomodó su largo cabello y le mostró al guardián una espantosa cara de caballo, dicen que de esos ojos salían lágrimas. El hombre impávido, con el cuerpo paralizado no supo que hacer y entre relinchos y lamentos la espeluznante criatura exclamó: Y qué? Te quedaste mudo ? Brinco por todos los lavaderos, se enfiló para el arroyo y se perdió, a lo lejos solo se distinguía una mancha blanca que en el agua flotaba y un grito se escuchó: ay las ropas de mis hijos!.

Al día siguiente, las vecinas preguntaron al velador si había averiguado algo del misterioso ladrón. El vigilante respondió sin dar más detalles que se trataba de una vecina del lugar pero que el ya no volvería a trabajar ahí y que pediría su cambio de sección. Las vecinas le pidieron se quedará ya que el vigilante contaba con simpatía y aprecio de muchos. El valiente velador no quiso asustarlas y accedió solo con la condición de que nunca más se dejará la ropa por las noches puestas al sereno ya que esa misteriosa lavandera nocturna cree que ustedes no han podido con el trabajo y viene con la intención de ayudarlas.

Nunca más se supo de ella.

Conoces la leyenda del francés y su casa abandonada en Xalapa?
Por supuesto que después te la platicaremos, por lo pronto, bolillo pa el susto y saludos Xalapeños a todos.